08 noviembre 2007

Las 10 plagas de la cibergeneración

Gómez, Ale (2007). Las 10 plagas de la cibergeneración. Miami: Editorial Vida. 203 páginas.

Ale Gómez es un pastor evangélico argentino, casado y padre de dos hijos. Su trabajo con los jóvenes que padecen de diferentes adicciones ha sido notable, tanto que hasta la prensa secular argentina ha informado acerca de sus actividades en relación con la rehabilitación de muchos jóvenes.
El autor habla acerca de las «plagas» que afectan a la «cibergeneración», que es como él califica a los jóvenes de hoy, las cuales son: la homosexualidad, el aborto, las drogas, la masturbación, el abuso y la violación, la bulimia y la anorexia, la violencia familiar, el alcoholismo, y la depresión y la soledad.
El autor dedica a cada una de las adicciones mencionadas un capítulo de su libro. Todos los capítulos llevan la misma estructura: una descripción de la adicción, testimonios de jóvenes que han estado presos en la adicción respectiva, un mensaje directo al lector por si es un joven que está sufriendo de la adicción determinada, preguntas y respuestas, y finalmente una descripción de cómo los especialistas cristianos que conocen ese problema de adicción tratan y manejan esa adicción.
En el último capítulo el autor describe su propio método el cual a grandes rasgos consiste en tener un encuentro personal con Jesucristo, reconocer el problema de la adicción que se sufre y detallar pormenorizadamente, por escrito, cómo esa adicción ha dañado la vida del adicto. Ese escrito se destruye después como un acto simbólico de despedida de la adicción. Luego se debe aceptar que se ha sido adicto, algo que entiendo como un acto que demuestra convicción de pecado y arrepentimiento. Después hay que romper con el círculo de amigos con el que se vivió la adicción, buscar la ayuda de consejeros y especialistas cristianos, unirse a una iglesia sana, y, por último, compartir su testimonio de recuperación con otros y ayudarlos.
Algo interesante para verlo salir de la pluma de un pastor evangélico es el reconocimiento que hace el autor de que algunos de los espectáculos de restauración que se presentan en muchos grupos religiosos se parecen más a «pases mágicos» sin ninguna efectividad real contra las adicciones, métodos que sólo hablan de «espíritus malignos», y «no dan lugar a la educación sexual», ni a la «sanidad de la mente y del corazón».
Buena lectura, para todos los líderes de las iglesias que reconocen que ayudar a la gente a salir de sus pecados, de sus adicciones, va más allá del sólo momento de la conversión o del bautismo, y que cerrar los ojos a esa realidad no llevará más que al fracaso y a la desilusión a muchas personas sinceras.

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